viernes, 25 de noviembre de 2011

Los bilingües. Capítulo 1 :

Ha llegado ese punto de la vida donde sientes una necesidad irrefutable de analizar comportamientos humanos anómalos e incomprensibles. Hoy, hablemos de los bilingües.

La gente que es bilingüe, y me refiero a los que verdaderamente hablan bien inglés, es una especie que se está propagando demasiado rápido. ¿No tenéis miedo, vosotros? Porque yo pienso: sí, sí, desde luego los chinos nos están invadiendo, pero ¿os habéis fijado en la actual tasa de natalidad de los bilingües? ¡Eso sí que es una plaga! Y no hablo de esos que se aprenden de memoria letras de canciones en inglés y acto seguido las ponen en los exámenes pensando "creo que es la mejor idea que he tenido en mi vida", añadiendo "desde aquella vez que decidí aprenderme She loves you yeah yeah yeah... Es un chollo esto de que una palabra se repita todo el rato". O esos otros que intentan imitar el acento americano que han escuchado anteriormente en  uno de los excesivamente bien elaborados programas de la Mtv.
-         Perdona, ¿puedes hablar más despacio?, que no te entiendo.
-         Lo siento... es que me es extremadamente dificil cambiar mi american accent man... You know...man.

En efecto, señoras, caballeros, y todos los que tampoco sois bilingües, esto sucede. Sin embargo los únicos, inconfundibles y auténticos dueños de las filologías extranjeras son mucho más complejos que todo eso.
¿Cómo reaccionar ante un bilingüe? Para que el proceso de reconocimiento se realice con éxito y sin correr riesgos innecesarios, se deben tener en cuenta ciertos conceptos primordiales:

Concepto 1: No preguntes a un bilingüe potencial si habla bien inglés. Espera unos instantes y observarás como a estos individuos les gusta recordarlo sistemáticamente todos los 35 segundos.
Diez menos cuarto. Una tarde calurosa, junto al que creía, un buen amigo. De repente…
-         ¿Qué clase de música sueles escuchar?-pregunté inocentemente.
-         Aaaammm… escucho únicamente los Red Hot, Pink Floyd, but in fact… Ah, perdona, oh my God! (risita con aparente acento británico) Es que confundo las dos lenguas…
-         Nada, no te preocupes. A mí a veces también me pasa lo mismo.
-         ¿Así? ¿Tú TAMBIÉN eres bilingüe?
-         Bueno, me manejo en gallego.
Se quedó callado, pero su cara lo decía todo: “What the fuck, man?” Recordando los consejos de Manual para relacionarse correctamente sin sufrir exclusión social que me había regalado mi madre las navidades anteriores, decidí recurrir a la primera norma básica: “si en medio de una conversación te sientes ligeramente estúpido, cambia rápidamente de tema, ¡antes de que sea demasiado tarde!” Eso hice.
-         Esto… ¿Me prestas tu móvil un minuto?-todavía en estos momentos pienso que no fue en absoluto la mejor manera de deshacerme del problema, el cual se había posicionado violentamente entre aquel anglólatra y yo. En mi opinión tengo una especie de poder inexplicable para atraer a los problemas. No sé si es bueno, pero al menos me permiten plantear reflexiones filosóficas sobre los que en mi opinión está acabando con el planeta: los bilingües. En fin, las autoreflexiones me pierden... Creo que estábamos con ese famoso dilema. Si, continuemos. No fue la forma idónea de deshacerme del lastre pero, ¿acaso vosotros lo hubierais hecho mejor, teniendo a un bilingüe merodeando a vuestro alrededor?
-         Of cours, man.
-         Pero… está en inglés. ¿Es normal?
-         Sí, bueno..., está en americano man.

Ya lo habéis visto compañeros. He aquí una de mis bochornosas anécdotas como completo negado lingüístico. Espero que esta experiencia os haya concienciado verdaderamente del peligro de los bilingües.

Posteriores conceptos sobre “Cómo reaccionar ante un bilingüe” a petición internauta ilimitada.
Continuará. (To be continued)




1 comentario:

  1. cuando la segunda parte!? :O
    que intriga!!!!!

    sweetdifferences.com

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